Las HHSS como competencia y capacitación del profesorado

El ser humano es eminentemente un ser social cuya personalidad se va construyendo a través del contacto y la identificación con otras personas, hasta el punto de que es la interacción social el aspecto más importante de la socialización.
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El ser humano es eminentemente un ser social cuya personalidad se va construyendo a través del contacto y la identificación con otras personas, hasta el punto de que es la interacción social el aspecto más importante de la socialización. Ello conlleva dos implicaciones: por una parte, que las personas deben poseer unas habilidades sociales adecuadas que les permitan interaccionar positiva y eficazmente con los demás gestionando correctamente sus emociones y, por otra, la necesidad de que el ámbito educativo enseñe a al alumnado a actuar y pensar bajo los parámetros de tales habilidades. Este aprendizaje debe llevarse a cabo lo antes posible, puesto que la eficacia para el desarrollo de la inteligencia emocional,  de la adquisición y  entrenamiento de las habilidades sociales en el proceso de crecimiento y desarrollo madurativo de la persona, siendo claramente acumulativa, al igual que las dificultades derivadas de la posesión de unas inadecuadas habilidades sociales. Por eso mismo, en AFOE Formación contamos con una amplia variedad de cursos para sanitarios homologados y para docentes con el objetivo de potenciar esta área.

Por lo tanto, proporcionar los contenidos y prácticas necesarias para la adquisición de competencias para el desarrollo de habilidades sociales es imprescindible, a nivel intrapersonal e interpersonal, en el periodo formativo de infantil, primaria y secundaria. Suponen la base de los reforzadores sociales, tan útiles desde la educación, conforman los pilares para la construcción de la personalidad, es decir, estos conocimientos influirán en el futuro en aspectos no sólo personales, sino que se harán extensivos en aspectos de la evolución de la propia sociedad, tanto cultural como económica. Concretamente, el alumnado que carece de los apropiados comportamientos sociales experimenta aislamiento social, rechazo y en conjunto, menor satisfacción personal, cuándo no se alcanzan modos de gestionar nuestra emociones correctamente es más fácil que  la sociedad se vuelve más desigual, competitiva y violenta.

No obstante, la competencia social y las habilidades de interacción social en la infancia y adolescencia, en general no se trabajan ni se enseñan de forma activa, deliberada y sistemática dentro del contexto educativo. La competencia social se olvida y se relega, o no se enseña sistemáticamente. La escuela, como transmisora de los valores dominantes en la sociedad, aún sigue focalizando su atención en los aspectos intelectuales más relacionados con el éxito académico, olvidando o relegando la enseñanza sistemática de comportamientos de bienestar interpersonal y personal. Además la competencia social, tiene una gran importancia tanto en el funcionamiento presente de los centros educativos, como en el desarrollo de las futuras personas que estamos formando. Las competencias y habilidades sociales no sólo son importantes a lo que se refiere a las relaciones personales que se producen en los contextos educativos, sino que en cada persona supone la asimilación de  papeles y normas, que facilitarán y harán más fluidas todas las relaciones sociales.

En efecto, la conducta interpersonal o, más concretamente, determinadas conductas de relación interpersonal han sido descuidadas e ignoradas y no se enseñan directamente desde la educación formal, porque en ciertos sectores no se ha entendido como el desarrollo de una inteligencia múltiple más dejándose en muchos casos a merced del criterio del profesorado en cuestión, formando parte del currículum oculto, de los contenidos de aprendizaje no explícitos que están determinados por la filosofía de cada centro y concretamente de cada docente en particular. Todo ello nos lleva a afirmar que las habilidades de interacción social o la gestión emocional son aspectos olvidados y una asignatura pendiente en la respuesta psicoeducativa al alumnado.

Las investigaciones realizadas, respecto a la necesidad de incluir  la educación emocional y de ella la adquisición de habilidades sociales en el currículum, no mejoran por la simple observación ni por la instrucción informal; se necesita una instrucción directa. Hoy en día se tiene claro que determinadas habilidades, por ejemplo, algunas relacionadas con la solución de problemas cognitivo-sociales, no se adquieren si no se llevan a cabo actividades educativas de forma intencional.

Además, hay menores que tienen déficits o problemas en su habilidad social, no adquieren la competencia social por la mera exposición al comportamiento de sus compañeros y compañeras socialmente hábiles, y para que esto se produzca, se necesita una intervención directa, deliberada y sistemática. Es necesario, por tanto, que el entrenamiento y la enseñanza de las habilidades sociales se incluyan de modo sistemático en los currículos habituales. Si pensamos seriamente sobre éstos conocimientos no se aplican ni se explican como una materia propia de un área tenga su horario, planificación y estrategias de evaluación como otras áreas curriculares.

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El profesorado y las habilidades sociales

Estas habilidades sociales, sin embargo, difícilmente pueden introducirse en el centro educativo si el profesorado no cuenta con las competencias y las herramientas necesarias para ello. Por tanto, es imprescindible que el profesorado cuente con la formación y los conocimientos necesarios en educación emocional y concretamente en las habilidades sociales. Ello tendrá como consecuencia un beneficio por duplicado:

  • Por una parte el profesorado será capaz de aportar al alumnado las habilidades necesarias para comportarse de manera socialmente habilidosa, lo cual, como ya hemos comentado, redundará en la satisfacción del alumnado, convirtiéndose este además en una persona mucho más significativa para los iguales. A su vez este objetivo sería doble, por una parte la promoción de la adecuada competencia social y de prevención de posibles desajustes en el alumnado “sin” dificultades, y por otra parte, de intervención con el alumnado de riesgo y con los que presentan problemas de incompetencia social, gran parte de los cuales son niñas y niños con necesidades educativas especiales.
  • La puesta en práctica de habilidades sociales propiciará que el profesorado tenga la posibilidad de mantener una actitud comunicativa asertiva permitiéndole afrontar de manera eficaz los conflictos que puedan surgir en el aula en relación con su alumnado o en el centro con el resto de docentes. De esta manera al aumentar la posibilidad de mantener relaciones más satisfactorias el profesorado se convierte también en una persona más significativa para los demás. Ello, de forma indirecta, podría ser eficaz para reducir la aparición de problemas de salud en el profesorado, en lo que se ha dado en conocer como malestar docente, y que actualmente afecta cada vez más a un mayor número de profesores.

En conjunto, todo lo anterior propicia una mejora del clima social del centro y reduce la probabilidad de aparición de conflictos entre los diferentes grupos que componen la comunidad educativa, lo que supone que un cambio particular puede propiciar un cambio en la sociedad en la que se desarrollen dichos conocimientos y competencias.

Como siempre  te presentamos nuestra oferta formativa, que te puede resultar de interés con respecto a ésta temática educativa, los dos primeros cursos cuentan con la certificación de la universidad nebrija y el último curso que se presenta se inscribe en el registro de formación permanente del profesorado  de la junta de andalucía.

 

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150 horas

100,00

competencias-sociales-y-emocionales-en-la-practica-docente competencias sociales y emocionales en la práctica docente

70 horas

71,00

 

Laura Molina García
Laura Molina García
Actualmente desarrolla en AFOE la coordinación y docencia de acciones formativas postgrado para de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) y Universidad Nebrija (Madrid). Docente en los planes de Formación Continua de la Diputación de Sevilla. Instructora acreditada en Mindfulness. Licenciada en Pedagogía, Máster universitario en Género e Igualdad, Máster universitario en Mindfulness, Experta universitaria en Educación Social y Experta universitaria en Tutoría y Enseñanza E-learning

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